viernes, 30 de mayo de 2014

Por favor, abre la puerta

Han pasado tres años desde aquella noche.
Yo no debí haber estado ahí, ellos lo sabían. Ese día salí muy temprano a la casa de un amigo, sus padres no estarían y tenía un nuevo videojuego de terror; pasaríamos toda la noche jugando.
Ellos lo sabían, yo no debí haber estado ahí esa noche, mi amigo debió estar solo. Ellos lo habían observado por días como hacen siempre y sabían que esa noche estaría solo. Desde el momento en que lo eligieron, no había marcha atrás.
Pero tal vez quieras saber quiénes son ellos. Bueno, la verdad… aún no estoy seguro, sigo sin asimilar lo que pasó aquella noche; pero te contaré lo que hasta ahora sé, para que tengas cuidado.
Ellos se encuentran en todas partes, en ningún lugar estás exento de ser su víctima. Eligen a una persona, no sé bien cómo o en qué características se basan, pero una vez que te eligen no cambiarán de opinión: te vigilan, te estudian y estudian a todas las personas que conoces. Día tras día te observan cuidadosamente sin que tú te percates de su presencia.
Y esperan la noche en que su víctima esté sola, es en ese momento cuando todo empieza.
Aquel día llegué alrededor de las 8:00 p.m. a su casa. Sus padres habían salido desde temprano y él había preparado todo lo necesario para pasar jugando toda la noche. Al día siguiente no habría clases, así que yo regresaría a mi casa por la mañana. Pasamos un buen rato jugando, el tiempo pasó tan pronto que cuando nos dimos cuenta ya era la una de la madrugada. Nos habíamos llevado algunos sustos con el juego, así que comenzamos a hacer bromas con la situación; ahí fue cuando todo se puso raro. Empezamos a escuchar ruidos extraños afuera de la habitación, que al principio pensábamos que no era nada importante, e hicimos algunos chistes en relación a lo que jugábamos. “Deben ser los zombis”, nosotros sólo reíamos. Pero nos comenzamos a poner tensos cuando el sonido se oía más claro: eran pisadas, se escuchaban pisadas por todo el pasillo de afuera.
—¿Crees que tus padres hayan regresado? —le pregunté, a lo que él respondió que sus padres regresarían hasta el día siguiente, por la tarde. Además, el número de pasos que se escuchaban eran demasiados como para ser sólo sus padres.
De pronto, luego de oír todos esos pasos acercándose cada vez más a la puerta, hubo un profundo silencio.
—¿Hay alguien afuera?… ¿Quién está ahí? —comenzamos a preguntar, nerviosos. Estábamos seguros de que había alguien afuera, pero esos sonidos… ¿quién podría ser? En la habitación en la que estábamos había una computadora que mi amigo había encendido desde que comenzamos a jugar, era una costumbre suya. Se escuchó un sonido que provenía de ella, un sonido familiar, pero que por el miedo que teníamos en ese momento nos provocó una reacción de sobresalto a ambos. Era sólo un correo electrónico que le había llegado, pues también había dejado la ventana de su correo abierta. Ver esto nos dio algo de sosiego, y hasta reímos un poco; sin embargo, la tensión volvió a nosotros al notar que la dirección de quien lo enviaba era irreconocible, una combinación aleatoria de números y letras. Dudamos abrirlo, pero mi amigo decidió hacerlo. Quedamos completamente paralizados tras leer lo que decía el correo:
”Pase lo que pase, no abras la puerta”.
Con tan sólo leer esas palabras, una sensación completamente rara invadió mi corazón. En ese momento realmente sentía pánico, pero el mensaje decía más.
”Ellos están afuera. Por favor, hagas lo que hagas, escuches lo que escuches, no abras la puerta. Intentarán convencerte de que lo hagas, tienen muchos métodos; pueden fingir ser alguien que conoces, un familiar, un amigo, y sus voces sonarán igual. Tal vez te pidan ayuda, te dirán que están lastimados, te suplicarán que abras la puerta. Pero escuches lo que escuches esta noche, no abras. Trata de ignorarlos, trata de dormir, mañana todo estará bien. Ellos jugarán con tu mente; no lo permitas. Por favor, créeme, ¡no abras la puerta!”.
Cuando terminamos de leer yo no sabía qué pensar. Tal vez era una broma tonta de alguien, tal vez incluso era mi amigo quien me jugaba una broma… pero él tenia esa expresión, estaba tan asustado como yo, lo pude sentir. Ahora sabíamos que había alguien ahí afuera, tras la puerta. De pronto, llegó el momento más aterrador que nos pudimos esperar; en ese instante un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y me dejó paralizado. Una voz se escuchó, provenía de atrás de la puerta. Mi amigo estaba seguro y yo lo puedo corroborar: la voz era la de su madre.
—Hijo por favor ábreme, tu padre y yo tuvimos un accidente en el auto, estamos muy lastimados… por favor, abre, ayúdanos. —Al escuchar esto mi amigo sólo retrocedió un paso. Aún puedo recordar esa expresión en su rostro, estaba en shock. Estoy seguro de que ninguno de los dos lo creíamos ni sabíamos qué hacer.
—Hijo por favor, abre, ¿qué esperas? Necesitamos tu ayuda… —Sin lugar a dudas, ésa era la voz de su padre. Eran las voces moribundas de sus padres tras la puerta, clamando por ayuda. Mi amigo y yo permanecimos sin reacción por algunos segundos, después él se volteó lentamente, y me dijo:
—Esos realmente son mis padres. Necesitan ayuda, abriré la puerta.
Se propuso dirigirse hacia la puerta, pero lo detuve.
—Recuerda el correo, lo que nos dijo que pasaría, ¿no se te hace extraño?, ¿qué tal si es verdad y ellos no son tus padres? —Él lo único que hizo fue hacer que lo soltara. “No digas tonterías”, me dijo. “Tú los escuchaste, ésas eran las voces de mis padres. El correo debe de ser una estúpida coincidencia”. Se dirigió a la puerta sin que pudiera hacer nada.
La verdad, no sé qué me hizo hacerlo, pudo ser el miedo que me invadía… pero al verlo dirigirse a la puerta, lo único que pensé fue correr hacia el armario en donde mi amigo guardaba algunas de sus cosas y esconderme ahí. No sabía lo que pasaría, pero en verdad tenía miedo.
Lo que escuché a continuación aún no lo olvido, y hasta el día de hoy tengo pesadillas con ello. Él abrió la puerta, y después sólo pude escuchar sus gritos. Eran unos gritos desgarrantes, llenos de dolor y terror; yo no pude hacer nada más que permanecer inmóvil, hasta que después de unas horas me quedé dormido.
Al despertar por la mañana, me extrañó ver el lugar en que me encontraba, y luego lo recordé todo. Salí del armario y en la habitación no había nadie. Noté de inmediato que ya era de día y que la puerta estaba abierta, así que decidí salir. Busqué por toda la casa esperando encontrarlo y que me dijera que todo había sido una broma, pero mi amigo no estaba. En la tarde llegaron sus padres y les conté lo sucedido, llamaron a la policía y lo buscaron por días, pero él nunca apareció. El correo que le había llegado esa noche también desapareció, y para ser honesto creo que nadie creyó nada de lo que les había contado.
Aunque… no importa que nadie me creyera, yo sé lo que pasó esa noche y sé que ellos estaban ahí afuera. También sé que no debí haber estado ahí, que no debería saber que ellos existen.
Aún no sé por qué lo hacen, creo que sólo tratan de divertirse con las personas, con su pánico… alguna especie de juego. Cada día lo analizo y trato de aprender más de ellos; sé que sólo llegan en la noche y que pueden imitar cualquier voz, que si no abres la puerta se irán y también creo que siempre recibirás ese extraño mensaje de advertencia, debe ser parte de su macabro juego.
No debí estar ahí ese día, y no debería saber que ellos existen. Sé que algún día regresaran por mí, pero pase lo que pase, no abriré la puerta.

domingo, 18 de mayo de 2014

Sally

El verano era bastante bueno ese año. El sol como siempre, calentaba la piel, las ligeras brisas que recorrían el barrio apaciguaba el calor y el frío, por lo que el clima era perfecto.
Un verano que Sally jamás olvidará. Sally era una niña de 8 años, cabello largo y rizado de ojos verdes claro. Era una niña muy educada, alegre y obediente. Sus padres la adoraban, no podían pedir más de ella. Sally reía mientras jugaba con sus amigos afuera de su casa, jugaban a la rayuela, a las muñecas y las etiquetas, su madre la miraba desde adentro limpiándose las manos con su delantal, gritándole:

“¡Sally! ¡Es hora de que comas tu almuerzo!” Sally levantó la vista de su juego sonriéndole “Esta bien mamá” sentándose en la mesa, emocionada.

Su madre le coloco un sándwich de mantequilla, unos bastones de zanahoria, un apio alado y un zumo de naranja.

“Gracias mami”.

“De nada cariño”.

La niña empezó a comer, mientras su madre se sentaba a su lado sonriéndole “¿adivina qué...? Tu tío Jhonny viene de visitas” ella le sonrió con las comisuras de la boca llenas de comida.

“¡Mm! ¿Mio Jommy?” repitió con su boca llena mientras la madre se reía de ella asintiendo la cabeza.

“¡Ajam! El viene a ayudar a tu padre con su trabajo y también a cuidarte, tal vez podamos ir a la feria juntos”

Sally masticaba rápido lo que quedaba en su plato.

“¿Sara y Jennie también?” La madre levanto la vista pensativa “depende de lo que digan sus padres, si pueden, sí”

La niña sonrío y salto de su asiento nuevamente. Este verano lo pasaría genial. En el transcurso de los días el tío Jhonny llegó a la casa de su hermana, salio de su coche estirando su cabeza y dando un suspiro de cansancio.

“¡Tío Jhonny!” gritó llamando su atención y corrió hacia sus brazos, el cual le respondió:

“¡Hey Sally! ¿Cómo estás?” levantándola y abrazándola apropiadamente, la niña sonrió y miro a sus amigos que la estaban mirando.

“Estaba jugando con Sara y Jennifer, ¡Mamá esta adentro, vamos a decirle que llegaste!”.

“Suena bien”

L 'a baja y caminan hacia la casa, llamando desde afuera a la madre.

“¡Hey Marrie! ¡Ya llegue!” Mientras Sally, iba hacia dentro.

"¡Mamá! ¡Ya está aquí!" la madre salió de la casa corriendo de la cocina y sonrió al ver a Johnny.

“¿Johnny, has llegado bien?”.

El hombre puso la niña en el suelo y le dio una palmadita, y abrazó a la mujer.

“Por supuesto que sí. ¿Por qué si no iba a venir aquí sano y salvo?”

Se echó a reír, y caminó hacia la cocina con la mujer. Luego Sally corrió hacia la puerta, gritando que volvería a jugar.

“¡Asegúrate de entrar antes de que oscurezca!”

“¡Sí, señora!” Y la niña se fue.

A la hora de la cena, el padre de Sally llegó a casa, feliz de ver a su hermano en su casa. Caminando con su hija, se acercó a Johnny con un apretón de manos y un abrazo.

“Encantado de verte hombre, ¿Cómo estás?” Le preguntó cruzando los brazos, mirando a su esposa poner la mesa. Johnny se encogió de hombros, jugueteando con sus pulgares.

“Me separe de Karen.”

“Oh, eso es terrible, lo siento...”

Johnny meneó la cabeza con una sonrisa.

“No, está bien. Estoy contento, me puedo mover libremente sin tener a alguien constantemente queriendo saber dónde estoy y lo que hago.”

Los dos hombres rieron juntos, sentándose en la mesa para comer.

“Mmm Marie, esto sabe maravilloso.”

“Gracias, me alegro de que te guste.”

“Mhm ¡está delicioso mamá!”. Los adultos sonrieron y se rieron del cumplido de la niña.

Los platos de empezaron a vaciar, y Sally empezó a bostezar una y otra vez, frotándose los ojos con sus manos. Su madre sonrió y le frotó suavemente la espalda.

“Parece que alguien está cansada, ¡hora de ir a dormir!”

Sally asintió y saltó de su asiento, recogiendo su plato y llevándolo al fregadero. Su madre se levantó para llevarla a la cama, pero Johnny la detuvo jalándola del brazo.

“Yo la llevo.” Dijo sonriendo.

“Muy bien, gracias John.”

El hombre asintió con la cabeza, mirando a la mujer y llevó a la joven a su habitación. John sonrió y cerró la puerta detrás de él, mirando el pequeño desorden de la niña.

“¿Necesitas ayuda?” Le preguntó, mirando a la niña, la cual también lo mira asintiendo.

“Está bien, vamos a ver lo que tienes.”

El hombre comenzó a buscar entre sus pijamas.

“¿Tiene alguno de fresas? Apuesto a que vas a oler igual ellos en tus sueños.”

Él tomó la camisa y se la mostró, inhalándolo un poco. Sally rió y negó con la cabeza para indicar que no quería llevar su pijama de fresas. Johnny asintió con la cabeza, puso la camisa de nuevo en su sitio y sacó una camisa con un unicornio.

“¿Qué tal este? Apuesto a que vas a montar en unicornio señorita”.

Una vez que la niña se rió y negó con la cabeza. El hombre soltó un pequeño gruñido antes de colocarlo de nuevo. Luego sacó un camisón blanco.

“¿Qué tal esto? Te convertirás en una princesa.”

Los ojos de Sally se encendieron y dio una palmada con entusiasmo y asintió. Coloco el vestido en la cama, él se acercó a ella y comenzó a desabrocharse la camisa.

“Puedo vestirme tío”. Dijo con una sonrisa, mirando hacia abajo. El hombre sonrió y asintió con la cabeza, sin dejar el trabajo a medias.

“Apuesto a que puedes, pero estás cansada, y ¿por qué no te puedo ayudar?” Le preguntó, mirando a Sally cabecear un par de veces.

Una vez consiguió desabrochada la camisa, él se deslizó por sus hombros y le dio un codazo en la panza, haciéndola reír.

Él sonrió y cogió el borde de sus pantalones cortos y tiró hacia abajo. Finalmente, el hombre agarró su camisón y empujó la apertura por encima de su cabeza, asegurándose de que sus brazos podían pasar por las mangas.

“¡Ya está!” Dijo alegremente, mirando la sonrisa de la niña de nuevo, riendo mientras llegaba a la parte superior de la cama.

Johnny se levantó y recogió su ropa, la puerta se abrió y entró la madre de Sally.

“¿Estás lista para dormir?” dijo. Johnny se levantó y corrió hacia el otro lado de la cama.

“La voy a recostar, ¿te parece bien?”

Marie lo miró y sonrió moviendo la cabeza.

“Claro que si”.

Miró a su hija, se inclinó y la besó en la frente.

“Buenas noches mi amor.”

“Buenas noches mamá”.

Dijo la niña dándose un masaje suave con el dedo pulgar en la frente, la mujer tomó la ropa y Johnny la hizo salir de la habitación. Johnny sonrió a la madre y se acercó al interruptor de la luz, apagándolo, luego cerró cuidadosamente la puerta de la habitación con llave y miró por encima del hombro a Sally. Johnny tenía una sonrisa escalofriantemente retorcida.

Al paso de los días, Marie observó que Sally no actuaba con normalidad, ella no sonreía tan brillante como antes, no mostraba alegría, ni hablaba con la misma cantidad de felicidad. Marie tomó la mano de la niña antes de irse a jugar con sus amigos, y se la llevó a un lado.

Sally miró a su madre con una mirada confusa.

“Cariño, ¿te sientes bien?” preguntó, arrodillándose para estar a la altura de su hija. Sally miró distraídamente, y poco a poco comenzó a llorar.

Su madre abrió los ojos, confundida.

"¿Sally?"

“M-mama... yo... yo no quería t-to...”

Alcanzó a decir la niña con ataque de hipo.

“¿No querías hacer que amor?”

“…Yo no quería jugar... yo no quería jugar su juego...”

Sally miró a su madre y la abrazó con fuerza.

“El... m-me...tocó-y me hizo toc-arlo!”

Marie frunció el ceño y comenzó a acariciarle suavemente el cabello, consolándola.

“Shhh, no pasa nada, mamá está aquí ahora, fue una pesadilla, eso es todo”. “Todo está bien ahora, ¿de acuerdo? No te preocupes por eso.”

Miró a Sally, que estaba a punto de llorar, y sonrió.

“B-bien mamá ..”

Su madre sonrió y la besó en la frente.

“Ahora ve a lavarte, no querrás ir a jugar con la cara sucia”.

Sally soltó una risita y salió corriendo al baño a lavarse la cara. Más tarde ese día, Johnny y su hermano regresaron a la casa a continuar el trabajo. Frank suspiró, sonriendo cuando vio a Sally.

El padre le devolvió el saludo, cerró la puerta del coche y caminó hasta la casa. Johnny miró a Sally sonriéndole, saludando a la niña. Su sonrisa se marchitado lentamente, mostrando menos felicidad en ella, pero le devolvió el saludo también. Johnny también entró en la casa, y se detuvo cuando escuchó la conversación entre su hermano y su esposa.

“Sally ¿qué?” -Preguntó Frank.

“Ella tuvo una pesadilla, una muy mala y me dijo: “Él me tocó.”

“Bueno, ¿quién diablos es "Él"?”

“No lo sé, Frank... sólo fue una pesadilla, quería informarte de lo que ha estado pasando con ella y por qué está actuando diferente”.

Johnny frunció el ceño con ira, con los nudillos volviéndose blancos, después se calmó rápidamente, puso una sonrisa, y entró en la habitación.

“¿Vaya... interrumpí algo?” Les preguntó, mirando a la pareja sacudiendo sus cabezas. Johnny sonrió de nuevo, señalo al coche.

“Voy a ir a la tienda, ¿necesitas algo Marie?”

La mujer sonrió y miró hacia la cocina.

“Sí, en realidad. ¿Me puedes conseguir algunos huevos, leche, pan y zumo?”

Johnny asintió con la cabeza, a punto de salir hasta que se detuvo.

“Sally quería venir también, sólo quería informarte”. Marie sonrió. “Gracias Jhon”.

Él asintió de nuevo y se dirigió fuera de la casa con las llaves en mano, mirando a Sally con sus amigos.

“Sally”

Ella levantó la vista hacia él y lo miró fijamente.

“¡Vamos a comprar!”

John se dirigió hacia el coche, haciendo un gesto a la chica para que lo siguiera. Sally se sentó allí por un momento, luego puso sus muñecas sobre la hierba.

“Voy a dar una vuelta, por favor cuiden a Mazapan y Lily”

Jennie y Sarah sonrieron y asintieron con la cabeza. Sally se dirigió de mala gana al coche y subió al asiento de pasajeros.

“¿Sabe mamá que iré contigo tío?”

Preguntó ella. Johnny asintió con la cabeza y puso las llaves en el encendido, arrancándolo y salió de la calzada.

“Sí, ella quiere que compremos cosas para la comida, tal vez pueda conseguir algo.”

Él sonrió mirando a la niña. Sally sonrió nerviosamente y miró hacia delante, observando el paisaje. Tan pronto como llegaron a la carretera que va a la tienda, Sally se dio cuenta de que no se detuvo al estar enfrente de la tienda. Ella frunció el ceño confundida, y alzó la vista hacia él.

“Tío Johnny, te acabas de pasar la tienda...” 'Dijo apuntando en la dirección a la tienda de alimentos integrales.

Pero él no hablo, sólo siguió conduciendo, con una sonrisa muy leve en su cara. La niña se sentó y miró por encima del asiento trasero, mirando a la tienda poco a poco cada vez más pequeña hasta que se perdió de vista. Al darse cuenta de que no iban al supermercado, la niña vio que el tío aparcó en un parque que había cerca de la ciudad, pero nadie salía al parque los domingos.

Sally se puso nerviosa, su respiración se aceleró, mirando al hombre con ojos muy abiertos. Johnny apago el motor, mirándola, la ira se mostraba en su rostro.

“Te dije que no le digieras nada a mamá, ¿no?” Le preguntó, mirando a la niña negando desesperadamente con la cabeza.

“No estas jugando el juego correctamente, Sally.”

El hombre se acercó y sacó a la niña del auto.

“Dijiste que jugarías conmigo Sally, me mentiste”.

Abrió la puerta del coche a su lado saliendo junto con ella y la empujó al suelo.

“Uno tiene que ser castigado por romper las reglas.” dijo desabrochandose el cinturón...

Una pareja encontró el cuerpo de una niña de 8 años en el parque de la comunidad, era Williams Rally, fue encontrada esa noche a las 9 PM.

“Podría haber jurado que cerré la puerta antes de meterme en la cama, supongo que se me olvido...”

El adolescente caminó por la habitación y cerró la puerta. Antes de que pudiera acostarse de nuevo y tan pronto como se cubrió, las piernas, se le congelaron al oír el leve sonido de un llanto, sonaba como un niño.

Se levantó poco a poco de la cama una vez más, se dirigió a la puerta y la abrió. El llanto parecía ser más fuerte fuera de su habitación, miró hacia abajo en la oscuridad y se arrastró por el pasillo, siguiendo el sonido de los gemidos. Una vez llegando al final del todo, se quedó sin aliento. Sentada en el suelo, delante de la ventana iluminada por la luna, era una niña, estaba encorvada, llorando.

Tragó saliva y el adolescente tomó la palabra.

“Quién... quién eres? ¿Cómo te metiste en mi casa?” le preguntó a la niña.

De pronto, el llanto se detuvo, la niña movió lentamente sus temblorosas manos lejos de su cara y miró detrás de ella, retorciéndose ligeramente. La sangre sustituyó sus lágrimas, manchando sus manos.

Ella estaba impregnada de sangre, el pelo en un lado de su cabeza, el goteo de sangre de la herida en su rostro y su ropa sucia. A través de los brillantes ojos verdes parecía que se veía su alma.

“Esta es mi casa....” habló con voz ronca, sonando como si estuviera luchando para hablar.

El cuerpo de la chica hizo una mueca y se movió extrañamente hacia el adolescente. Sus pies estaban sucios, como si hubiera estado corriendo por el barro, llena de raspaduras por las rodillas y piernas; y el final de su vestido estaba roto y estropajoso, "Sally" era el nombre cosido en la parte delantera.

“¿Quieres jugar?” sonrió, con los dientes manchados de sangre mientras hablaba.

“Juega conmigo...”

miércoles, 7 de mayo de 2014

MANDU

Respira profundo y ten paciencia, tranquilo, él no está detrás de ti. En este mismo momento Mandú está en tu habitación, él esta a la vista desde donde estés leyendo esto; no trates de buscarlo, se molestaría. Mandú es el ser que trata de hacerte daño en tus pesadillas más terroríficas, por lo tanto es recomendable que trates de despertarte lo más rápido que puedas en una de ellas. También Mandú es el espíritu de las personas a las que alguna vez les hiciste daño, por lo que Mandú buscara venganza. Mandú es ese miedo que tratas de evitar, lo que no quieres ver, lo que no quieres sentir, Mandú es el fuego que tratas de evitar del infierno y el cuchillo del que evitas ser víctima. En este momento Mandú se acerca lentamente a ti, NO MIRES, quédate quieto, repito, a Mandú no le gusta que lo busquen. Ese nerviosismo que sientes de pies a cabeza indica que Mandú no debe de estar muy lejos, no trates de recordar traumas por que Mandú los revivirá, no pienses en tus peores miedos porque Mandú los hará realidad. En lo que te pasas la saliva por la garganta y el escalofrío de tu nuca se hace presente, Mandú está pensando en qué hacerte, en cómo saciar la venganza de las personas afectadas por tu persona. ¿Adivina qué? Mandú está justo arriba de ti, NO MIRES ARRIBA y evita cualquier cosa que pueda reflejarlo (vidrios, espejos, vasos). Si sigues leyendo esto, tuviste suerte, Mandú sigue pensando en qué hacerte en este momento, quizás te quite la lengua para que no lastimes a nadie más con tus palabras, te arranque las manos para que no golpees a nadie, te quite los ojos para que no veas cosas ilícitas. Todas las personas, sin saberlo, pueden ser víctimas de Mandú, porque toda la humanidad se hace daño a si misma, y Mandú tiene que cumplir su trabajo. ¿Sabes de las personas que se suicidaron? nunca se hicieron daño a si mismas, fueron víctimas de Mandú. ¿Personas que murieron en accidentes? Mandú. Puede que en este momento o después, mueras ahogado, asfixiado, sufras un accidente, o cualquiera de las peores muertes que puedas sufrir, Mandú habrá cumplido su venganza. Debiste haber sido una persona de buen corazón...